miércoles, marzo 03, 2004

El año pasado soñé en caídas de agua. . . Nunca en mi vida había llorado tanto como en los últimos tres meses. Recuerdo que muchos hablaban de mi entereza y de mi fuerza. Soy vulnerable y las niñas grandes no lloran.

La reina de corazones se ha convertido en una adolescente y se ha ido de la casa –no pienso buscarla- tal vez decidió cortarme la cabeza. A la niña adulta el destino le jugó chueco y perdió lo que más anhela. La niña salvaje está en crisis y quizá le diagnostiquen locura, un documento certificado dirá: caso grave. Tantas niñas perdidas en poco espacio.

Alicia se pone el impermeable amarillo y acomoda el gorro, abre el paraguas rosa y cierra los ojos para escuchar el alud.

Tengo la necesidad de mirarte a los ojos, que me veas sonriente, porque hoy un desconocido se acercó y me dijo: “tienes una bonita sonrisa, sincera, pocos creen en sí mismos”