viernes, noviembre 28, 2003

Azul y Rojo

Nunca he padecido amargamente la tristeza porque nunca la encasillé en depresión. La tristeza es un proceso, algo que corre por tu piel, es como una herida que se extiende –mortal-, o como una cicatriz en la ceja que te hace ver mejor.

Ahora que la tristeza penetra y se transforma en dolor al sentir tu pene en mi vagina, en mi culo, y el contraste de tus manos al acariciar mi cuerpo, me pregunto: ¿quién es cruel?, ¿quién es infeliz?

Mírate hermoso al partirme en dos, deja a los demás que lo vean. Mírame, observa el barrido y el estallar de mis ojos, deja que te envidien. -¿A dónde voy cuándo termino?- no sé. Sólo déjame creer en las texturas y las mezclas del color.