C&C
A las Claudias las conocí hace aproximadamente 10 años y lo único que teníamos en común era que nuestros novios se conocían (sí, una vez tuve novio), al terminar cada una con su respectivo chico fue cuando empezó nuestra amistad. Los fines de semana eran de compartir música, canto, baile, chupe, mota y hasta hombres, nunca hemos tenido los mismos gustos pero había un niño especial (más chico que nosotras) que se colaba en medio y a cambio de amor iba por las chelas, la mota y nos soportaba todos nuestros caprichos.
Un día le pedimos al niño especial que nos dejara solas porque esa noche era exclusiva de chicas; compramos un pomo e hicimos alcohól de mota, comida, incienso, velas y muchos discos. Al principio una le agarro el seno a la otra y entre risas se tocaron, yo disfruté de la escena hasta que se abalanzaron sobre mi para hacerme cosquillas y tocar mis senos, lo demás (lamento no poder describirlo) fue la experiencia más sensible que he tenido en mi vida.
El tiempo pasó y una se casó, tiene un hijo y está pensando en si se divorcia o no. La otra es toda una profesional, independiente y aunque a veces la soledad la hace tambalear, es una mujer tierna y maravillosa. El niño especial nos dejó y se fue a vivir a Puerto Escondido, donde según los últimos reportes es todo un gigoló y hace sus pininos con la música. Yo me voy de vacaciones mañana y no soy ni casada, ni profesional, ni vivo en Puerto.
Ayer nos volvimos a ver las tres amigas, hemos cambiado un poco fisicamente y nos sigue gustando el desmadre juntas aunque ahora ninguna desea a las otras, sino que las otras dos aman a la una y viceversa.
A las Claudias las conocí hace aproximadamente 10 años y lo único que teníamos en común era que nuestros novios se conocían (sí, una vez tuve novio), al terminar cada una con su respectivo chico fue cuando empezó nuestra amistad. Los fines de semana eran de compartir música, canto, baile, chupe, mota y hasta hombres, nunca hemos tenido los mismos gustos pero había un niño especial (más chico que nosotras) que se colaba en medio y a cambio de amor iba por las chelas, la mota y nos soportaba todos nuestros caprichos.
Un día le pedimos al niño especial que nos dejara solas porque esa noche era exclusiva de chicas; compramos un pomo e hicimos alcohól de mota, comida, incienso, velas y muchos discos. Al principio una le agarro el seno a la otra y entre risas se tocaron, yo disfruté de la escena hasta que se abalanzaron sobre mi para hacerme cosquillas y tocar mis senos, lo demás (lamento no poder describirlo) fue la experiencia más sensible que he tenido en mi vida.
El tiempo pasó y una se casó, tiene un hijo y está pensando en si se divorcia o no. La otra es toda una profesional, independiente y aunque a veces la soledad la hace tambalear, es una mujer tierna y maravillosa. El niño especial nos dejó y se fue a vivir a Puerto Escondido, donde según los últimos reportes es todo un gigoló y hace sus pininos con la música. Yo me voy de vacaciones mañana y no soy ni casada, ni profesional, ni vivo en Puerto.
Ayer nos volvimos a ver las tres amigas, hemos cambiado un poco fisicamente y nos sigue gustando el desmadre juntas aunque ahora ninguna desea a las otras, sino que las otras dos aman a la una y viceversa.
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