lunes, abril 28, 2003

Me late tener y que me conozcan por diferentes nombres: Diana, Toti, Isabel y Alicia. Es como tener diferentes secretos para mi misma, que no es igual a muchas personalidades.

El nombre de Diana, según dice mi mamá, fue porque esperaban que, después de dos niñas, yo fuera muchachito. ¡Sorpresa! La cosa es que "al menos" nací sana y blanquita, eso, para mi madre, fue la bendición. Diana soy yo: completa, compleja, alegre y triste, dispersa, excéntrica, romántica y solitaria.

Con Isabel fue diferente porque mis padres necesitaban un nombre católico que sirviera para bautizarme, después de que a mis hermanas les insertaron el "Guadalupe" tuve suerte y, para variar, me dejaron el ya mencionado. Isabel soy yo: romántica, pasional, mujer, fuerte y débil.

Toti salió de un grupo de muchachitos lujuriosos que me veían los senos recién desarrollados de mi cuerpo. Afortunadamente sus guarreces nunca me ofendieron y en ese entonces yo era muy inocente, así que me vieron la cara de mensa y adopté el apodo de muy buena gana. Toti soy yo: Mujer y hombre, valiente, solitaria, dura, alegre, inconsciente y conciente.

Alicia es el último nombre y ese lo elegí yo.