Después de un fin de semana extraño, melancólico, mágico y musical, las aguas regresan a su cauce y esta niña que nació de día quiere que la lleven a la pulquería. Se me antojó.

Dejé al babotas plantado, de entrada es mala señal y mala leche llamarlo babotas, bueno, se lo ganó. La causa del plantón fue buena, caminé desde que salí de la chamba rumbo a mi casa con grabadora en mano, describí calles, leí números, critiqué a la gente que me encontre (ay! sí, muy Amelie), me daba pena al principio estar como loquita hable y hable y después reirme de todas las tarugadas dichas en el camino. Entré al metro y grabé a los vendedores ambulantes, luego a unos chavos de la calle; regularmente soy visual pero concentrarme y escuchar me gustó.

Hoy grabé las sirenas de dos ambulancias que pasaron por abajo de un puente, intentaban circular en el tráfico de Tlalpan mientras en la radio amenazan con una manifestación.

Alicia (paso 2: aún no termino) dice:
¿soy muy fría?
Alicia (paso 2: aún no termino) dice:
te pregunto
Erixo dice:
a veces
Erixo dice:
como que hay veces que dejas ver que te da igual todo
Alicia (paso 2: aún no termino) dice:
pero no me da igual
Erixo dice:
si
Erixo dice:
pero eso aparentas a veces
Erixo dice:
pero no eres fría
Alicia (paso 2: aún no termino) dice:
en fin

Esa fue la impresión que me dieron los sonidos de la calle, frios pero no lo son.