El sábado me interné en el centro porque tenía que buscar la ropa adecuada para una fiesta. Me gusta armar mis personajes. Me late el centro y tomar una michelada en la calle mientras compro lo que se me antoje o bobear por todo.
Compré ropa interior de encaje, había olvidado la delicia que provoca el encaje. Unos zapatitos altos que me hicieron ojitos y combinaron perfecto con mí vestido gris plata. No presumo pero lucia bien.
Por la noche, un español, alto y de buen ver, se me acerca y me susurra al oído. Me sonrojo porque quiere todo conmigo. Me toma de la cintura y sigue hablando. Me intimida, me pone nerviosa y lo deseo. Sin embargo, me fugo y me persigue; él busca, me toma las manos y yo lo beso suavemente. Simple juego erótico.
Deseo volverlo a encontrar, deseo que me penetre. Susurros que van más allá.
Compré ropa interior de encaje, había olvidado la delicia que provoca el encaje. Unos zapatitos altos que me hicieron ojitos y combinaron perfecto con mí vestido gris plata. No presumo pero lucia bien.
Por la noche, un español, alto y de buen ver, se me acerca y me susurra al oído. Me sonrojo porque quiere todo conmigo. Me toma de la cintura y sigue hablando. Me intimida, me pone nerviosa y lo deseo. Sin embargo, me fugo y me persigue; él busca, me toma las manos y yo lo beso suavemente. Simple juego erótico.
Deseo volverlo a encontrar, deseo que me penetre. Susurros que van más allá.
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