En la vitrina estàs protegida, no te molesta la gente y el calorcito no es tanto, el tiempo pasa en el metro como en cualquier otro lugar. La diferencia quizá sea que ahora se detienen para observar como los muestro en un espejo, como los observo con mis tatuajes y como me burlo del espacio en unos calzones de vaca.

Un tipo se monea y masturba a mis espaldas, una niña me saca la lengua, una anciana me ve con ojos de duda e intriga, otros me saludan, las chicas de secundaria se rien a lo tonto, un chico guapo se detiene y me ve durante mucho tiempo, un loquito de la calle se da cuenta de que alguien está más loco, una señora se molesta y grita mientras pasa, cámaras, amigos, mi hermana, vi regresar a muchos e ir sin volver a otros, etc.

Regresé a la estación Guerrero hace unos días, afuera de esa vitrina y sin gente que se detenga.

¿Por qué siempre me pasa lo mismo? (...)

Me deprimo.

Pancho me entrega un papel con algunas líneas escritas por no sé quien: "La mayoría de la gente MUERE sin saber que no ha vivido, sólo su curiosidad mórbida los atrae a ver algo que no pueden comprender, sólo ven lo que las masas quieren que vean..."

Algo sencillo me da ánimos. UN AÑO lo prometo, un año. . .